Viviendo su vida de la forma como la sociedad obliga a hacerlo, no fue feliz jamás. Siempre hubo muchas reglas que seguir y todas, absolutamente todas, se basan en formas de evitar que las personas vivan tranquilas y satisfechas consigo mismos. Entonces ahora que tiene 50 años, cree que es la mejor edad para ser una puta callejera y empezar a ser feliz. Eso de meterse una polla dentro del coño y luego gozar de una buena follada, es algo que toda mujer merece. Y es mucho mejor cuando te dan dinero a cambio de hacer lo que más te gusta hacer.