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Mi vecina tenía ya cierta edad, pero me seguía poniendo cachondo. Lo mejor de todo no era eso, sino que además ella era una auténtica puta y fue incapaz de decirme que no. Me invitó a entrar a su casa y una vez dentro comencé a desnudarla, me llamó la atención porque su cuerpo era perfecto, de hecho incluso parecía más joven. Una vez desnuda la penetré, deseaba tanto metérsela que estaba realmente impaciente. El hecho de que fuera bastante mayor que yo hacía que sintiera más morbo si cabe. Y que se tratara de mi vecina y además amiga de mi madre ya puedes imaginártelo. Mientras me la follaba lo pensaba, y de esa forma y mientras me la follaba a cuatro patas no pude contenerme y me vacié dentro de ella.
Luego la madura se tumbó en la cama mostrando como salía toda mi leche de su coño.