El doctor me da su propia medicina

La vieja era mucho más guarra de lo que parecía a priori, y fue algo que le demostró. Había conseguido llevarse a este joven a su casa, obviamente para tener sexo, y al poco de llegar ya se estaban enrollando. Al muchacho le faltaba tiempo para desnudarla, se lo quitó todo y empezó a comerle el coño. Si algo le gustaba era comer coños de viejas, y ese la verdad era de los mejores que había visto.
Eso si, en ese momento la mujer le sorprendió con un regalo, y es que se orinó en la boca del muchacho. Muchos la habrían mandado a tomar por culo, pero al joven le encantó esa lluvia dorada en su cara.
Justo después de eso la penetró, se la folló un rato y después le devolvió la meada. Esta vez él se lo echó todo en su culo mientras ella sonreía y lo disfrutaba.
Luego siguieron follando hasta que el chico se corrió en su boca. Justo por esto le gusta follar con viejas.