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El día de la madre es un día especial para cualquier mujer madura, y yo sabía que ella se iba a alegrar de que yo lo recordara. Fui a su habitación y le llevé el desayuno y unas flores para alegrarle el día, aunque no sabía en esos momentos que en realidad el día me lo iba a alegrar ella a mi. Se puso tan contenta que no tardé en descubrir que se había puesto cachonda, especialmente cuando se dio la vuelta y me mostró su culo y sus braguitas. Di por hecho que lo quería y no me equivoqué, saqué mi polla y sin pensármelo se la metí en su coño para follármela, ella lo gozaba como una puta. Así seguí follándomela hasta que al final me corrí en su coño llenándola de leche, la guarra ni abría los ojos de lo excitada que estaba.