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Aunque digan que no todas las mujeres maduras están hasta el coño de sus maridos, todas ellas desean probar rabos nuevos. Algunas por miedo, otras por comodidad y otras por remordimientos deciden no hacerlo. Pero otras muchas mujeres valientes prefieren llevar una doble vida cada vez que su marido sale a trabajar y se follan a todo aquello que tiene aspecto fálico.
En esta ocasión se trataba de un amigo de su esposo, al que ella no dudó ni por un instante en llamarle por teléfono y hacerle aquella proposición más que indecente teniendo en cuenta que estaba casada con su amigo. Sin embargo al tío le importó bien poco, pronto acudió a verla y no tardaron mucho en desnudarse y comenzar a tener sexo.
Ella nunca disfrutó tanto follando, por supuesto con su marido era más que aburrido hacerlo, por lo que con ese tío hizo todo cuanto quiso y lo vivió de una forma mucho más intensa hasta que se le corrió en las tetas.