80 años no es nada cuando eres una puta

La relación que solemos tener con nuestras suegras suele (o debe) ser buena porque son las madres de nuestras novias o mujeres, pero en realidad es raro que las llegues a conocer a fondo y de verdad. No es el caso de este tío porque ha conocido a la suya en su parte más íntima, es decir, en la cama, y no se puede creer de ninguna manera que la señora está a punto de cumplir la friolera de 80 años y folle así de bien. El sexo conserva amigos y eso es innegable y esta octogenaria es la prueba viviente de ello.