Le decía a su cuñado que no tenía ningún derecho a hacerle eso, aunque en realidad y ocultándolo lo deseaba. Sin embargo a él le daba igual una cosa u otra, por lo que la tiró encima de la cama y, colocándola boca abajo, comenzó a quitarle toda la ropa a aquella madurita y madre de un hijo. Poco despues la tenía abierta de piernas metiéndole su polla dentro de su vagina, ella aun seguía protestando a la vez que gemía, en realidad estaba disfrutando como una zorra.
Se fue animando, hasta que finalmente ella misma comenzó a llevar la iniciativa, su cuñado se la estaba follando demasiado bien como para decirle que no. Pero justo en lo mejor de la follada sonó el teléfono de la madura, era su hijo. Como buena madre que era contestó la llamada, así que mientras su cuñado se la estaba follando ella habló tranquilamente con el muchacho, incluso cuando se corría en su cara ella seguía hablando con total normalidad sin que su hijo sospechara nada.