El malcriado de su hijo le ha metido la polla en la boca

Que haya llegado a esa edad y ahora mismo se ve en el espejo sabiendo que no es lo más hermosa que se ha podido ver, pero que aun así, pueda disfrutar de mejores manjares de los que ella pudo imaginar en antaño, es un regalo del cielo. Parece que el universo conspira y ahora, ella misma no se cree el pollón que se come. Un miembro que tan grande que es exactamente como lo necesita para hacer que su coño tenga esos calambres que tenía antes y ahora, son más intentos. Tardan más en llegar, pero se quedan por más tiempo y mientras ese tío la quiera seguir follando, ella va a abrir las piernas.