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No todo el mundo se lleva mal con sus exparejas, de hecho no merece la pena que hayan malos rollos por lo que pueda pasar en un futuro… Pues lo que le ha pasado a este ex matrimonio es que desde que se separaron no han encontrado a otra pareja que les llene sexualmente hablando, por eso de vez en cuando quedan y recuerdan los buenos tiempos cuando echaban polvos de campeonato. Después de tantos años de relación ambos saben de sobra lo que más le gusta a su pareja y a esta madurita lo que la vuelve loca de verdad es sentarse en las rodillas de su marido y que la masturbe hasta que le deje los dedos empapados de corrida.