Si no se ven las caras no se siente como pecado

Pues es una gran pena que una cuarentona esté sola en casa casi todo el día porque su marido está trabajando de sol a sol. En su caso tiene una vida muy cómoda porque su esposo es empresario, pero claro, eso tiene un coste y es vivir en soledad casi siempre. Como comprenderás esto se puede aguantar un tiempo pero una hembra con necesidades sexuales que cubrir tarde o temprano acabará buscando esa polla que la llene literalmente. Concretamente la que ha encontrado ha sido la de uno de los empleados de su marido y no veas con qué ganas la ha cogido la cabrona.