¿Qué le harías a mi coño?

Cualquier mujer caería rendida ante los encantos de este tipo negro, que no son otros que un pedazo de polla negra bien gorda y cabezona. Ni siquiera esta vieja de 60 años pudo controlarse pese a que era su suegra cuando el tipo se sacó el rabo y empezó a pajearse mientras ella supuestamente estaba leyendo a su lado sentada en el sofá. Seguramente luego ella misma se castigaría diciendo que es una guarra y que su hija no merecía que hiciera eso con su novio, pero que le quiten ese momento de chupar ese cipote y babear como una jodida perra literalmente hasta tragarse la leche.