Nunca más te harás una paja pensando en tu madre

Al menos para los amantes de las mujeres maduras o viejas estas dos enfermeras bien podrían ser las mejores del mundo. No tiene desperdicio la cara de tonto que tenía ese chico mientras ese par de lobas hacían maravillas con su pedazo de polla. Claro, es normal que las vejestorias alucinaran con el pedazo de rabo que tenía el chico a sus 19 años y una mujer que se precie no se va a quedar de brazos cruzados si puede meterse en la boca o en su coño tremendo cacharro. Pajeado a dos manos y a dos bocas estamos seguros de que este chico fue el hombre más feliz del mundo en esta visita médica.