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Llevan casados ya 30 años, pero siguen follando como si fuera el primer día. Es lo que tiene tener una esposa a la que siempre has sido fiel, y viceversa (que se sepa). Pero si hay una cosa que les gusta más incluso que follar entre ellos es grabarse mientras lo hacen. Para ellos no es más que una forma de compartir el placer y el amor mutuo que ellos sienten, por lo que no lo ven como algo sucio.
Ambos se fueron desnudando y practicaron algo de sexo oral. Muchas veces ni tan siquiera necesitaban llegar a la penetración para correrse, con esto sería suficiente. Pero ahora se estaban grabando y les gustaba que en un vídeo casero como este se viera todo al completo, por lo que después de una mamada y un cunilingus el tío penetró a su esposa duramente frente al sofá mientras ella se apoyaba en él. Acabaron follando sobre la alfombra en el suelo hasta que finalmente el maduro se corrió primero en la boca de su esposa. Pero como ella no había llegado aun al orgasmo le dedicó un cunilingus para ver si así se corría también.