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No hay mujer que de primeras se niegue a tener sexo anal, eso es lo normal y tienes que ir detrás de ellas meses o incluso años para poder convencerlas. Luego suele pasar todo lo contrario y es que cuando lo prueban no hay quien les saque la polla del culo. Esta ama de casa es el mejor ejemplo porque ella también era de las que se negaba rotundamente en que su marido se la metiera por el otro agujero. Pues aquí la tenéis compañeros, abriéndose ella sola el ojete y tragándose con mucho gusto un pollón por el ano de campeonato.