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Unas vacaciones familiares madre e hijo tuvieron un final inesperado. Al pasar tanto tiempo juntos ambos se adoptaron el rol de pareja, pero claro, no lo eran. Una noche mientras compartían cama el chico empezó a masturbarse viendo el culo de su madre desnudo. No la penetró, pero si se hizo una buena paja a su lado.
Al día siguiente los remordimientos pudieron con él y tuvo que confesarlo. Su madre se hizo la seria, pero por dentro ardía de pasión. No tardó mucho en buscarse una excusa para intimar con el chico, le sacó el rabo y se lo metió en su boca.
Mientras tanto el chico pensaba que con esa misma boca su madre le había dado miles de besos en las mejillas durante toda su vida.
Después la mujer se puso sobre él, el muchacho solo miraba asombrado. Le dijo que iba a meter solo la puntita en su coño, nada más. Pero al sentir su verga dura y caliente la madura no aguantó y se la metió entera, hasta el fondo.
Fue así como madre e hijo follaron juntos, fueron unas vacaciones increíbles para ambos.