La mujer del vecino vino a por sal

En efecto amigos, no os puedo engañar si os digo que lo primero que me llamó la atención de mi compañera de trabajo fue la inteligencia porque a día de hoy sigo sin saber si sabe hacer la “o” con un canuto. El día que llegué a la oficina y me vi a esta mujer con semejantes tetas sentada con su mesa al lado de la mía, pensé que mi matrimonio estaba a punto de irse a tomar por el culo. Después del primer café que tomamos juntos ya acabamos follando, no os digo más.