Jugando con sus tetas como en los viejos tiempos

Es duro tener que admitirlo, sobre todo porque aceptar que es así, también es aceptar que me equivoque en mi primera elección. Y es que como cualquier chica, me deje deslumbrar por el dinero. He elegido al que tenía más dinero y luego de probar, resulta que ahora mi cuñado me clava mucho mejor que mi marido. No es una tragedia, claro está. Solo basta con hacerlo mi amante (como hice) y no más. Me como su polla en el día y en las noches, puedo hacerlo con mi esposo como cualquier zorra casada normal. Solo que tenía que pensármelo mejor antes.