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Su joven hijo estaba enfermo en la cama y ella, como buena madre, sabía bien como tenía que cuidarle. Le llevó algo de comer y se preocupó por su salud. Pero viéndolo así la zorra se enterneció hasta el punto de ponerse caliente. Llevó casi de forma inconsciente la mano del joven hasta su coño, y el chico le siguió el juego. Por lo visto el cabrón no estaba tan mal, o eso o que un coño caliente es capaz de curar a cualquiera.
La vagina de su madre estaba chorreando, la zorra estaba demasiado cachonda. Al rato le sacó la verga al joven y se la comió, el chico también estaba muy duro y caliente. Tras aquella breve sesión de sexo oral el chico acabó penetrando a la madura, estaba tan excitado que el hecho de que fuera su propia madre no le importó demasiado.
Al final sacó su verga y se corrió sobre la madura para que pudiera sentir toda su leche caliente sobre su vientre. La zorra acabó bastante satisfecha y contenta al ver que su hijo ya se encontraba mucho mejor.