A la señora se le iban los ojos

Esta dulce y atractiva madurita es mi tía. Siempre me han gustado las maduras, pero mi tía ha conseguido ponérmela dura desde que tengo uso de razón. Nunca he podido evitar mirarla, me he pajeado miles de veces pensando en ella y nunca imaginé que perdería mi virginidad con ella, pero así fue.
A ella le chocaba el hecho de que yo todavía fuera virgen, disfrutaba enseñándome sus pechos y me dejaba tocarla. Un día la pillé follando con su marido, mi tío, ese día me di cuenta de que no aguantaba ya más.
Cuando acabó de follar con él vino hacia mi, resulta que se había percatado de mi presencia y quería una segunda follada, pero esta vez de mi polla aun virgen.
Así fue como acabé teniendo sexo con mi tía, fue mi primera vez y jamás podré olvidarla.