Enganchada a las corridas internas múltiples

La verdad es que a cualquiera le daría mal rollo quedarse atrapado en un ascensor y tener que esperar a que llegue el tío de mantenimiento para que te saque. Solo hay una cosa por la que te daría exactamente igual que pasara esto y es quedarte encerrado con la mujer de tu vecino, una treintañera muy puta y que es conocida por todo el vecindario porque no deja ni una polla viva como se suele decir. Pues en este caso fue él quien le dio al botón de «stop» para echarle un polvo allí mismo y follársela a pelo.