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Una madre siempre es conocedora de lo que un hijo quiere o necesita, y ella lo sabía perfectamente. Mientras el muchacho estaba allí tumbado en la cama observándola ella se acercó lentamente hacia él. Una vez juntos el joven acercó su cara a los pechos de su madre, la cual rápidamente le quitó la camisa. Ambos se fueron desnudando hasta quedar totalmente en pelotas uno frente al otro. El hijo no dejaba de comerse las tetas de la madura y su coño. Después ella respondió comiéndose su rabo hasta que finalmente se la metió en su misma cama. Puede parecer muy fuerte y una degeneración incestuosa, pero cada día son más madres las que mantienen relaciones consentidas con sus propios hijos mayores de edad. Los que lo han experimentando aseguran que no lo cambiarían por nada del mundo.