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Esta señora aseguraba ser sexóloga, además de prestigio. Pero en realidad no era más que una guarra a la que le encantaba el sexo y su trabajo consistía en buscar la forma de hacer un trío con alguna que otra pareja de casados. En esta ocasión fue una mujer casada la que acudió a ella para ver la forma de mejorar sus relaciones sexuales con su esposo. La vieja degenerada pronto vio que allí podría rascar algo, por lo que la convenció para que acudieran juntos y así proceder.
Sin más empezó a comerle la polla a su esposo ante la mirada de la mujer, estaba claro que su método era bien diferente al del resto de las sexólogas. Eso si, los tres acabaron haciendo un improvisado trío del que disfrutaron todos, puede que no fuera lo que buscaba exactamente, pero lo cierto es que si que mejoró mucho el sexo entre ellos.