Madurita española con un jovencito sevillano

Ya me avisó de que era multiorgásmica, y nada más decírmelo me puse bien duro. Era una madurita rubia, de esas que tienen cuarenta y tantos años pero que no han perdido su belleza, más bien al contrario. Y no solo no perdió su hermosura, sino que tampoco perdió las ganas de follar. Agarré mi cámara y comencé a grabarla mientras hablaba, que morbo tenía la puta. Al poco ya me estaba haciendo una mamada y yo seguía filmándola mientras lo hacía.
La madura estaba totalmente desnuda y yo ya me la estaba follando mientras seguía grabando por supuesto, la guarra era perfecta, buenas tetas, buen cuerpo y además ninfómana. Se corrió varias veces según me aseguró luego, pero lo que de verdad me importaba era echarle todo mi lefazo en su cara. Le eché tal corrida que no podía ni abrir los ojos.