No podía sacar la polla de ese coño tan estrecho

Una de dos, o este tío está enfermo y es un jodido vicioso, o tiene tanto amor por su madrastra que hará cualquier cosa por complacerla. El tema es que la mujer tenía una espinita clavada dentro desde hacía muchos años y era la de hacer un casting porno. Normal lo que se dice normal no es, pero bueno, las personas tienen sueños y el suyo era que un buen negro la empotrara. En el fondo estaba muy nerviosa y tenía mucho miedo, por eso le pidió a su hijastro que la acompañara y así se sentiría más tranquila. Pues allí que se presentaron los dos y no cabe duda de que ese día esa señora fue la más feliz del mundo porque acabó temblando de tanto correrse y chorreando un puñado de leche por el coño.