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Solía fantasear con su madrastra, en ocasiones incluso la espiaba mientras se duchaba. Pero nunca imaginó que aquello llegaría a suceder. El chico estaba en su habitación masturbándose después de haber visto como la madurita se estaba duchando, pero la mujer se había percatado de aquello y fue a verle. Llamó a la puerta y el joven se escondió rápidamente su polla, pero ella no era tonta y se había dado cuenta de su tremenda erección. Se sentó en la cama a su lado y comenzó a hablar, pero tardó poco en echar mano a su verga y empezar a menearla. Como puedes imaginarte su hijastro estaba realmente excitado, cuando de repente ella acercó su boca y comenzó a chupársela. Mientras se la mamaba le dijo que de eso no contase nada a su padre, algo obvio por supuesto.
Poco después se puso sobre él y la penetró. A pesar de tener ya 38 años sorprende que se mantenga tan delgada, se nota perfectamente que es una de esas maduritas que acostumbran a matarse en el gimnasio para así presumir de cuerpo. Lo que su esposo no sabe es que quien la disfruta es precisamente su hijo.