Pillarlo con la polla dura fue una grata sorpresa

Pocas cosas nos ponen tan sumamente cerdos como ver a una mujer madura en tanga. Dios santo, la lencería femenina es lo más excitante que ha inventado el ser humano y si encima se la pone una cuarentona como esta puta argentina pues con mayor motivo. La cuestión es que es una adicta al sexo anal y hoy pudo quedar con su yerno después de semanas que era imposible que pudieran estar a solas. Para la ocasión se compró un conjunto de lencería amarilla que quitaba el sentido y le dejó muy claro que ese día nada de coño… ¡solo por el culo!.









