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Su lesión limitaba su vida en las cosas más básicas, no podía ni hacerse una paja. Su madre sufría por él, y más sabiendo que acostumbraba a pajearse diariamente. Miraba una revista porno mientras intentaba pajearse con la mano izquierda, pero era incapaz. Cuando apareció su madre se lo pidió como un favor excepcional, quería que le pajeara. Ella al principio se negó, pero luego entendió que pajear a su hijo no era incesto y procedió a hacerle el favor. Le hizo una paja impresionante, sin nada más. No se la comió y no se la pudo follar, era su madre… pero si que le hizo tal paja que acabó corriéndose como nunca en su vida.