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Este joven muchacho de 18 años, aficionado a su monopatín o skate, no sabía lo que le iba a suceder ese día. Y es que desde un coche le hicieron una oferta que no pudo rechazar. Ya sabes lo que dicen las madres, nunca te acerques a coches de desconocidos, pero él no hizo ni puto caso y hasta le vino bien. Le dijeron literalmente si quería follar, y a ver que joven de esa edad rechaza una oferta de esas características.
Se fue con ellos por supuesto, pero lo que no sabía es que la mujer que le habían preparado para tener sexo era una madura con bastantes kilos de más. Sin embargo él no es que fuera demasiado selectivo que digamos y tampoco le importó demasiado, un coño es un coño sea de quien sea.
Lo tumbó medio desnudo en la cama con su gorrita de skater mientras ella se encargaba de todo, lo trataba como si de su hijo se tratase… pero con otras intenciones obviamente. Ella ya estaba en pelotas y comenzó a hacerle una mamada, sabía hacerla bien.
Luego fue el muchacho el que procedió a chupar el coño de la madurita, se lo abrió y allí metió su lengua entera. Después comenzaron a follar probando varias posturas, sobre él, a cuatro patas… lo más destacable aparte de sus michelines eran sus enormes tetas y su culazo, era bien nalgona.
Al final cuando el muchacho se corrió le preguntaron que tal la experiencia, él lo flipó.