Cuando el chico se despertó se encontró a su madre tumbada a su lado. No sabía muy bien que hacía allí, pero tenía una sonrisa un poco extraña. No tardó mucho en destaparlo y comprobar que tenía una gran erección, algo normal cuando un tío se despierta por la mañana. Pero ella por supuesto eso ya lo sabía. Se limitó a mirarle y le sugirió que podía hacer cosas que jamás imaginaría, por supuesto se refería a sexo.
El muchacho con aquella erección y viendo lo zorra que era su madre no se negó. Agarró su verga y comenzó a masturbarse, eso la puso tan caliente que su madre se desnudó delante de él. Luego ella quiso ponerle un preservativo y lo hizo, ya sabes, educación sexual. Pero no tardó en quitárselo, ya que iba a follársela prefería hacerlo a pelo.
Así fue como madre e hijo acabaron follando hasta que el chico acabó corriéndose sobre sus nalgas. No aguantó mucho, pero es que su madre estaba demasiado buena.