A la zorra le encantaba masturbarse y enseñar su mojado coño

Este chico estaba emocionado después de que su tía lo llamara para decirle que le había preparado su merienda preferida y es que a veces las tías te cuidan mucho mejor que tu propia madre. Realmente aquella tarde comió algo muy delicioso y no fue un bocata de nocilla o leche con galletas, sino un coño madurito que sabía a puta gloria bendita. Esa guarra estaba muy pero que muy cachondo y nadie mejor que su joven sobrino para bajarle el calentón. Ya sabéis chavales, si vuestra tía os invita a merendar ni os lo penséis y mucho menos la hagáis esperar porque de lo contrario se buscará otra polla.