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Menuda pillada le metió este tío a su madrastra con un dilatador anal metido en el culo y gozando como una perra. La cochina estaba en su cama a cuatro patas haciéndose el culo y de repente entró su hijastro, que no podía creer lo que acababa de ver. Por inercia le pidió explicaciones pese a que tampoco las necesitaba, pero ella se las dio, vaya si se las dio. Le dijo que había descubierto el sexo anal y como su marido no la entendía tuvo que buscarse la vida ella sola. Pues eso se ha acabado porque ahora ha encontrado a un cómplice para sus fechorías anales…