Su hijastro la dejó así

Para algunas mujeres desperdiciar una corrida es poco menos que un crimen o un sacrilegio. Hay verdaderas adictas al semen y hoy tenemos el vídeo amateur de una de ellas, una madurita treintañera que no puede permitir ni loca que la lechita calentita de su marido se vaya por el váter, se quede en las sábanas o en sus tetas. No, ella siempre que se la chupa quiere que se corra en su cara y le haga un facial para luego recoger todo ese montón de espeso líquido blanco e ir tragándoselo poco a poco como el que degusta el mejor manjar del mundo.