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Tuvieron que compartir cama. Lo que al principio parecía algo tan solo incómodo pero necesario se volvió en algo totalmente fuera de contro. La mujer se percató del movimiento típico del colchón de cuando un tío se pajea, estaba masturbándose por supuesto, y era mirándola. Se levantó de la cama y mirándolo de forma acusadora se lo preguntó, aunque era evidente. Tras aquella sorpresa lo cierto es que ella se puso muy caliente, y la prueba de ello es que no tardó en lanzarse como una perra en celo a por su polla y así chupársela. Poco después era la misma milf la que se ponía encima mientras se introducía su pene, estaban follando y ni ellos mismos se lo creían en realidad.