La suegra era demasiado guarra

Hay duchas y duchas chavales y la que se metió este chaval con su tía será recordada por años y no por nosotros, que también, sino por los propios protagonistas. No vamos a ver qué sucedió para que ambos acabasen follando como conejos debajo del grifo de la ducha, aunque tampoco es necesario porque hoy no nos apetecían protocolos, tan solo un polvo guarro tal cual. Tienes que ver cómo la chupaba esta perra y cómo gemía y se le ponían los ojos en blanco mientras su querido le metía la polla sin parar hasta el fondo vengándose por todas sus provocaciones.