Acabó tirada en el suelo llorando y llena de semen, pero ella no sabía que acabaría así. Ese día la visitó el dueño de su apartamento y la advirtió, debía bastante dinero y había solicitado el desalojo. La mujer estaba desesperada, no tenía dinero y no sabía que hacer para evitarlo. Pero aquél degenerado se lo puso bastante fácil. Empezó a tocar sus piernas y luego a besarla mientras sacaba sus tetas, le decía que esa era la única manera de evitar que la echara. Ella cerraba los ojos resignada, y eso le ponía más cachondo aun. Fue a por su coño y empezó a masturbarla como a una cerda. Aunque quería dar a entender que no le gustaba, la puta gemía. La desnudó y se la folló.
No fue la única vez, cada vez que finalizaba el mes aquél hombre acudía con la intención de follarse a esa ama de casa tan puta que no le importaba poner el coño a pesar de estar casada.