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Solo hay que mirar la cara de esta madura francesa para saber que realmente la estaba destrozando analmente, pero sin embargo ella seguía pidiendo más. Ya se sabe que las mujeres de Francia son muy pasionales, pero más que eso las maduras son unas auténticas guarras hambrientas de pollas.
Al principio solo hay que ver que ambos iban desnudándose rápidamente, como si les faltase el tiempo. No querían perder ni un solo segundo. La mujer estaba cachondísima, no podía ni controlarse. Una vez en pelotas ella le comió la polla, pero su ansia superaba con creces su autocontrol personal. Tras la mamada rápidamente se sentó encima de aquél hombre, el cual la penetró vaginalmente. Su coño estaba tan mojado y dilatado que pronto el hombre quiso probar por su otro agujero, es decir, metérsela por el culo. Y vaya si se la metió. A ella le encantó el sexo anal, pero es que el tío parecía un puto taladro, se la follaba como una jodida máquina sexual hasta destrozarla.
En el último segundo sacó su rabo y ella se quedó con sus ojos mirando al vacío mientras se corría en su boca.