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A las mujeres les gustan los chicos malos, los tíos que van de rebeldes. Pero si además se da la casualidad de que es un tío más joven y de su propia familia los coños de estas maduras se mojan solo con pensarlo. Tal vez por eso esta mujer no pudo resistirse a meterle mano al paquete de su propio sobrino. El chico no quería ni mirar, de hecho miraba hacia otro lado mientras ella seguía con lo suyo. La cuarentona estaba obcecada en salirse con la suya, y como buena mujer siempre consigue lo que quiere.
Tras sacarle la polla comenzó a chupársela, eso puso muy caliente al jovencito que sin pretenderlo siquiera tuvo una gran erección que no podía pasar inadvertida para aquella veterana señora.
Tal vez por eso el muchacho se animó y comenzó a comerle el coño. Poco después en el mismo porche de su casa y a vista de cualquier vecino cotilla el joven penetró a su propia tía y se la folló. Finalmente se corrió sobre ella y tras aquello se volvió a vestir como si nada, consciente de que acababa de tener sexo con la hermana de su madre.