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Cuando vio que su marido cruzo la puerta ese día, supo que todo iba a cambiar. Esa era la señal que le decía que ya estaba envejeciendo y que de ahora en adelante, solo podía ser una madre hasta que la vida decidiera llevársela de este mundo. Ahora, con sus tetas grandes, apoya un poco su voluntad de estar siempre preparada. Porque su coño siempre esta lito para que su hijo le meta la polla. Espera pacientemente a que el chaval quiera darle una follada y luego que le hace una mamada, se pone en cualquier posición que él le pida para que la pueda clavar como él quiere y merece.