El amigo de su hijo es mucha tentación para la vieja

Esta gordita madura se disponía a pasar un solitario día de picnic cerca de su casa. Un poco de naturaleza y aire fresco le vendría bien para olvidarse de los hombres. Con lo que no contaba es que el hijo de sus vecinos la había seguido y apareció de repente ante sus narices. Que un jovencito se tomase tantas molestias para ella era todo un halago, hacía tiempo que no se sentía atractiva y ver que era capaz de calentar a un joven la ponía caliente.
El chico se sentó a su lado y casi sin decir nada ambos empezaron a besarse. El muchacho sabía lo que era follar con maduras, sabía perfectamente que simplemente iba a descargar el depósito y luego no iban a calentarle la cabeza.
Nada más comenzar con los besos el chico echó mano al coño de la vieja, lo tenía empapado. Ambos se desnudaron y la madura disfrutó probando la polla del muchacho. Después ella lo montó follándole la polla sin parar. El joven también quiso ser activo y la puso a cuatro patas como si fueran animales, hasta que al final se le corrió en la boca.